En el ámbito social, no hay duda de que los humanos estamos todavía muy por delante de las máquinas. Sin embargo, en las tareas más repetitivas y técnicas, los ordenadores pueden ser un fuerte aliado … o un enemigo terrible si no somos capaces de dar valor añadido a nuestras actividades.
Y esta lucha no ha hecho más que empezar. Durante la última década, el coste de la robótica ha bajado un 27%, y se espera un 22 % adicional para la próxima según el informe Robot Revolution elaborado por Bank of America. Eso explica en gran medida por qué en 2025 el 45% de las tareas industriales estarán en manos de robots, frente al 10% que actualmente tienen bajo su responsabilidad.
Todo esto repercutirá enormemente sobre el empleo, destruyendo puestos de trabajo obsoletos pero generando también nuevos tipos de empleos. La Federación Internacional de Robótica (IFR) señala, por ejemplo, que la llegada de la robótica supondrá una generación de entre los 1,9 hasta los 3,5 millones de empleos, Sin embargo, la automatización también pone en riesgo el 47% de la tipología de empleos que se desempeñan en nuestros días, lo que, según el Foro Económico Mundial, podría terminar con el empleo de 5,1 millones de personas en tan solo cinco años.
Sin embargo, no todo es destrucción. Esta misma fuente señala que las profesiones y competencias más demandadas en la actualidad no existían «hace 10 e incluso cinco años” y que, por si fuera poco, el 65% de los niños que estudian Primaria acabarán trabajando en empleos que no existen ahora. La Comisión Europea espera que hasta 2020 se creen 900.000 puestos de trabajo en el sector tecnológico. No es fácil responder a las dudas a largo plazo, pero un estudio efectuado en 2015 por Deloitte supone un llamamiento a la esperanza: los datos recogidos a lo largo de los últimos 144 años en Inglaterra y Gales revelan que la tecnología generó en todo ese tiempo más empleó del que destruyó.
Aquí te damos algunas recomendaciones para afrontar estos retos:
No te olvides de seguir estudiando
Es necesario seguir esforzándose cada día por aprender nuevas cosas y capacidades así como aprender de nuestros propios errores para evitar repetirlos. Ten en cuenta que, el mayor aprendizaje es el que se produce desde la desestructuración de uno mismo (ruptura de viejos patrones, mecánicas, etc.) y la reestructuración desde nuevas perspectivas. Ábrete a la tecnología: programa, explora, experimenta y, sobre todo, disfruta, te hará el camino más fácil.
Las previsiones muestran que para 2020 se podrían llegar a necesitar más de 4,5 millones de expertos en Internet de las Cosas (IoT) según la consultora Vision Mobile. Si buscas una buena oportunidad en este sector puedes hacerte con una placa programable Arduino, comenzar un curso de formación de Arduino y empezar a practicar con algún kit de robótica.
Evita los automatismos. Eso déjaselo a las máquinas
No luches contra una máquina, porque éstas no descansan. Compite buscando la mejora continua, innovando, comprendiendo el entorno en el que trabajas e incorporando nuevas ideas que mejoren la forma de trabajar. A la inteligencia artificial aún le queda un importante camino por recorrer para llegar a razonar igual (o mejor) que nuestro cerebro. Si de verdad te quieres diferenciar de una máquina, lo tienes muy fácil: piensa, razona y reflexiona.
Si además, quieres aprender a programarlas, comienza ya a aprender algún leguaje de programación con futuro como Python, te ayudará a mejorar tus expectativas laborales.
Evita la frustración
Acostumbrate a relajar tensiones riéndote. El sentido del humor nos hace la vida más fácil y es bueno para nuestra salud, lo que lo convierte en un ingrediente fundamental para una vida personal y profesional satisfactoria.Las emociones son, según Darwin, un mecanismo adaptativo clave para la supervicencia. Según su teoría, las emociones son producto de nuestra evolución y un mecanismo adaptativo clave para la supervivencia. Por tanto, aprende cuanto antes a gestionar tus emociones con inteligencia y a desarrollar nuestro lado emocional al máximo.
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